Una alimentación saludable y balanceada es poder comer todos los alimentos que nos gustan en la medida justa. ¿Cómo lo hago? Incluyendo siempre en tus comidas todos los grupos de alimentos en cantidades suficientes, con preparaciones saludables y distribuidas en, al menos, 5 momentos del día: desayuno, almuerzo, cena y 2 refrigerios.
Consume alimentos variados para hacer tu plato balanceado. Esto es consumir un alimento de cada grupo: cereales, raíces, tubérculos y plátanos (carbohidratos o harinas); frutas y verduras; leche y productos lácteos; carnes, huevos y leguminosas secas (proteínas); grasas y azúcares.
Consume la cantidad adecuada de alimentos, sin excesos y/o deficiencias, para mantener un peso saludable. La proporción correcta en tu plato será: ½ vegetales, ¼ proteína y ¼ carbohidratos.
Limita el consumo de grasas, sal, alimentos y bebidas con alto contenido de azúcar. Por sus aportes nutricionales, prefiere las grasas vegetales (semillas, frutos secos y el aceite de canola, girasol o de oliva) y modera el consumo de grasa animal (carnes rojas, lácteos enteros, salsas y mantequilla). Por su alto contenido de azúcar, evita los refrescos y gaseosas.
¡No olvides el agua! Toma mínimo 8 vasos al día. Tus órganos vitales la necesitan para funcionar correctamente, regular la circulación de la sangre, la temperatura del cuerpo y la digestión. Ten en cuenta que cuando hace mucho calor, realizas actividad física, te da fiebre, vómito o diarrea necesitas consumir más líquidos para mantenerte hidratado.
Si eres una persona que vive con VIH, comer bien es fundamental para fortalecer tu sistema inmunológico, que es el encargado de ayudar a tu cuerpo a combatir la infección, razón por la cual luego del diagnóstico debes estar más atento a qué comes y cómo lo haces.
La razón es que cuanto más te acerques al peso ideal al iniciar el tratamiento antirretroviral, será más sencillo controlar y prevenir las alteraciones metabólicas que pueden aparecer, como la diabetes tipo 2, el aumento del colesterol o triglicéridos, enfermedades cardiovasculares, entre otras. De igual forma, mueve un poco tu cuerpo, la actividad física no sólo te ayuda a regular tu peso, también a sentirte más fuerte.
Esto ayudará a que tu cuerpo tenga un mejor sistema de defensa contra las enfermedades. Reduce el consumo de comida chatarra, dulces, alimentos procesados, horneados o de panadería y fritos; en contraste, aumenta el consumo de frutas y verduras, para subir tus defensas.
Trata de tener tres comidas principales y completas al día, además de refrigerios frecuentes entre las comidas que pueden incluir alimentos como frutas y lácteos. Así le garantizas a tu cuerpo los nutrientes necesarios para realizar las actividades de tu rutina diaria y absorber mejor los medicamentos para el tratamiento.
El alcohol y el consumo de sustancias psicoactivas afectan a la capacidad para tomar el tratamiento de forma apropiada, además de generar interacciones negativas con los medicamentos para controlar el VIH.
Si tienes poco apetito intenta consumir alimentos en pequeñas cantidades siguiendo el horario establecido y ve aumentando hasta llegar al consumo frecuente. Refuerza con alimentos con alto contenido calórico como helados, batidos y yogur, que le darán a tu cuerpo las energías necesarias mientras retomas tu hábito de alimentación regular.
Debes reponer los líquidos que tu cuerpo perdió, bebiendo agua o suero oral en pequeñas cantidades y de forma progresiva.