Vivir con VIH – Salud emocional

Consejos para aumentar tu bienestar mental y regular tus emociones.

Sentirte feliz, enamorado, intranquilo, triste, enojado o de muchas otras maneras, son emociones que puedes experimentar ante las diversas situaciones que se te presentan cada día. Pero pese a ser una situación cotidiana e importante en nuestra vida, con frecuencia, no sólo a ti, sino a todas las personas nos cuesta identificar lo que sentimos y peor aún expresarlo, es decir, manejar esa emoción.

Por esto es necesario que te conviertas en tu propio gestor de emociones, identificando los pensamientos negativos que afectan tu comportamiento y no te hacen sentir bien, de esta forma podrás expresarlos y reforzar tu actitud positiva. ¿No sabes cómo hacerlo? prueba estas pequeñas pero útiles acciones:

1. Haz del optimismo una forma de vida ¡Piensa positivo!

Esto te ayudará a aumentar la sensación de bienestar y tu satisfacción con la vida.

2. Tú eres genial ¡Cuídate, pero sobre todo ámate!

Valora tus cualidades y date apoyo, reconoce los aportes positivos que haces al mundo día a día.

3. Comparte intereses ¡Disfruta relacionarte con otros!

Esto te ayudará a aumentar la sensación de bienestar y tu satisfacción con la vida.

4. Abraza a tu familia y amigos.

Valora tus cualidades y date apoyo, reconoce los aportes positivos que haces al mundo día a día.

5. Vive el aquí y el ahora.

Intenta no preocuparte demasiado por el pasado y el futuro.

6. Duerme bien ¡Descansa!

Así restauras la mente y el cuerpo, trata de acostarte a la misma hora todos los días.

7. Conócete a ti mismo.

Explora tu mundo interior, reconoce tus emociones, tus creencias, tu forma de actuar y tu historia, así podrás fortalecer o cambiar actitudes.

8. Dile adiós al estrés.

Tómate un tiempo libre para ti e inviértelo en actividades de ocio como escuchar música, caminar, leer un libro, bailar o hablar con otros. Esto será un factor protector para las dificultades de la vida cotidiana.

Si eres una persona que vive con VIH, recibir esta noticia no es fácil y puede tener un impacto fuerte en ti, millones de sensaciones, estarán asociadas al momento en que te confirman tu diagnóstico, tal vez sientas miedo, culpa, rabia, dolor, angustia, soledad, temor a ser juzgado, y un montón de dudas por no saber qué va a pasar… pero no te preocupes, es completamente normal, a todas las personas nos sucede lo mismo cuando recibimos una noticia inesperada.

Habla de tus sentimientos con un familiar o amigo de confianza. ¿Muy difícil? Busca ayuda de un profesional.

El momento ideal es cuando tú estés seguro, quieras hacerlo y entiendas muy bien qué te sucede, para que puedas expresar lo que piensas y sientes. En ese momento hazlo de manera clara y sin rodeos. ¿Te da miedo? Pídele a tu médico o profesionales psicosociales que te acompañen en el proceso, para manejar mejor la situación si así lo prefieres.

Habla con otras personas que también viven con el VIH ¡Pregúntales todo lo que quieras!

Ellos te entenderán mejor que nadie, ya pasaron por lo mismo. Te pueden apoyar en las etapas del duelo, además de acompañarte en el proceso de comprender la infección y en muchas otras situaciones que puedan presentarse.

Continua con las actividades cotidianas ¡No dejes de lado tu proyecto de vida!

Continúa realizando las actividades que te gustan, prioriza tu salud, gestiona tus emociones; en definitiva: ¡Haz que tu vida tenga sentido! Recuerda que los resultados del tratamiento dependerán en gran medida de la actitud con la que asumas este proceso.

Desempeña un papel activo en el cuidado de tu salud. ¡Conoce la enfermedad!

Aprender sobre la enfermedad es el primer paso para no sentir miedo ni rechazo, pídele a tu médico o personal de apoyo que te explique lo que quieras saber sobre el virus, el tratamiento y el pronóstico; y en caso de ser necesario, que te repitan algunas cosas.

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